lunes, 12 de noviembre de 2012

Pag 12- "Masacre en Juan Frío" titularían las páginas de la prensa local y noticieros nacionales, título que jamás antes había comprometido a nuestra Villa. Un veinticuatro de septiembre me encontraba reunido con mi familia, esa mañana había hecho campaña a la aspiración del consejo de Villa del Rosario en el barrio Gran Colombia de esa localidad rosariense, me había sentido algo cansado y decidí dejar para el siguiente día un compromiso con mi compañero de fórmula, debíamos pegar mas carteles políticos en Juan Frío, decisión que me ausentó de la primer masacre registrada en ese caserío. El reloj marcaba las dos y cincuenta ocho minutos de la tarde cuando recibí una llamada, me avisaban que hombres fuertemente armados  habían ingresado a Juan Frío y en medio de la confusión y el miedo de su gente habrían asesinado a seis personas dejándolos tirados en la basta carretera de ese corregimiento. Los restaurantes estaban llenos de clientes, era un domingo como cualquier otro, soleado y con esa brisa muy particular de Juan Frío que arranca humedad del río Táchira y la esparce refrescando un poco su ambiente cálido. Ese día se efectuarían unos partidos de microfútbol en la cancha que se encuentra al frente de la vieja escuela rural, habían sido pactados para horas de la tarde, ninguno había advertido en sus mentes ni imaginaba que se encontrarían con la escena de terror que marcaría el comienzo de la debacle de un caserío luchador y que siempre soñaba, siempre soñaba.
Julio César Vásquez (el guajiro), (guañuz) un habitante de contextura delgada y corta estatura al que nunca conocí su nombre, William Palencia, Carlos Julio García y Nohora Delgado (esposos) y Javier Antonio Gómez Delgado a quien de cariño le llamábamos (mono); cinco de ellos fueron sacados de sus casas y asesinados; a Javier lo asesinaron en un retén instalado en  la escuela rural cuando se movilizaban en su vehículo  frente a sus dos hijos pequeños y su esposa, sacado al azar de una hilera de gente que había sido detenida y en la cual un encapuchado no habría encontrado a ninguno de los que tenían en lista para asesinar pero la orden era atemorizar al pueblo y como cosas del destino, aveces cruel, a Javier lo eligió la muerte y su victimario en un acto demencial lo remató insultándolo porque aún en el suelo polvoriento, su sonrisa no se apagaba y sus ojos aún abiertos se resistían a perder de vista sus dos pequeños hijos. Javier era oriundo de la Villa, jamás había residido en Juan Frío pero contagiado por el ambiente futbolero y ligado a una familia que había instalado un restaurante en esas inmediaciones, decidió en un día de descanso llevar a su familia al corregimiento de paseo. Era un joven de contextura gruesa, ojos grandes y una sonrisa inocente que se destacaba y le hacía amigable, aún me queda la imagen de ese ser amoroso con sus hijos y de una gracia única, de escandalosa carcajada y espíritu de niño.
Del resto de victimas solo recuerdo bien a William, también joven y dueño de un temperamento fuerte pero que solo utilizaba cuando se le enojaba. Era conductor de uno de los carros que servían de transporte público del caserío, se le recuerda por su atención siempre educada y enérgica, jamás dejaba que sus pasajeros hicieran el menor esfuerzo con sus paquetes, detenía el carro se bajaba y aunque fueran bultos de mas de cincuenta kilos los subía sin ayuda. Estaba dispuesto las veinticuatro horas para servirle a su gente.
De julio (el guajiro) solo recuerdo su gruesa contextura y voz fuerte, habíamos hablado un par de veces, era apolítico y vivía en común desacuerdo con la administración municipal, se me viene el recuerdo algo gracioso que un día en una reunión en la casa de cultura de Villa del Rosario él se levantó al preguntársele su nombre y ocupación al cual contesto "me llamo el guajiro sin decir nombre y me ocupo de limpiar los huevos cagados de mi granja para que ustedes en sus casas se los coman sin algún día recibir sus gracias" se enmudeció un rato el salón y luego llovieron aplausos de los que siempre reclamaron mas ayuda para el campo.

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