sábado, 10 de noviembre de 2012

Pag 10- Surgía en Juan Frío la idea de hacer un festival autóctono que de nuevo mostrara al departamento lo que realmente era su pueblo, idea que se llevo a cabo con la creación del primer Festival de la Cachama, Plumas y Hortaliza uniendo así los tres gremios mas relevantes y que habían dado la imagen buena de ese caserío. Este se llevo a cabo en la Bagatela, casa histórica ubicada frente a la casa del General Santander y que llevaba el nombre de la primer imprenta colombiana en los años de la gloriosa independencia. El evento lo organizó Juan Daniel Jacumar orientado por los piscicultores en cabeza del señor Isauro Navas fundador de este gremio, fue todo un éxito, ocupó de nuevo páginas en los periódicos locales y se restableció la imagen deseada por sus organizadores. Un pueblo que jamás renuncia sus sueños no muere ni se deja dominar por la adversidad. Realmente fue la única vez que un funcionario de la administración municipal apoyaba este acto; Juan Daniel, para esa época era el director de cultura y turismo del municipio, lugar que ocupaba debido a su amor por el arte y la pintura.
Juan Frío de nuevo tomaba el curso hacia esa meta fijada, se olvidaban los hechos anteriores que habían opacado el cielo rosariense y habían querido cercenar un sueño. Se tomaban las riendas de nuevo, marchaba una ilusión y revivía una esperanza.
Los restaurantes se llenaban los fines de semana y sobraban clientes que no se lograban atender; recuerdo el parqueadero de Villa Yorley, que con capacidad para mas de cien vehículos tenía que estacionar los que sobraban en la orilla de la carretera principal, en un domingo, al que se despachaban hasta setecientos servicios; no he conocido otro restaurante en la villa con casi mil clientes haciendo fila para degustar un plato. Los otros restaurantes de menos capacidad se llenaban hasta el último rincón, era la bonanza de la cachama y la mojarra.
Acaso se creería  que de nuevo algún hecho podría arrebatarle la alegría a estos emprendedores pobladores, o algo mas bárbaro cersenaría el sueño de un pueblo, no sé, creo que solo los que en sus mentes corrían esta maquiavélica idea eran conscientes de lo que estaba por suceder.
El país se hallaba en una guerra sin tregua con los grupos subversivos, en la mayor parte del país se libraban batallas sangrientas, secuestros, extorsiones y parecía que un estado pobre económicamente no sería capaz de salir de esta oscura guerra. Se escuchaba en todos los noticieros ataques a poblaciones indefensas, secuestros masivos de policías y atentados a la infraestructura petrolera. Estábamos en medio de una guerra que no nos pertenecía, digo estábamos porque Villa del Rosario no se libró de estos atentados. La alcaldía de Villa del Rosario sufría el primer atentado y luego un camión de la policía que se encontraba recolectando pasto para sus animales de su caballería, indefensos policías sin armas, fueron bombardeados cerca del conjunto residencial Villa Hermosa, hecho que dejó varios policías mal heridos y cientos de tejas del conjunto lejos de sus techos.
Quien podría querer arriesgarse a entrar a Juan Frío si sobre esa avenida se había perpetrado el atentado. De nuevo los restaurantes tuvieron que soportar días de soledad en sus instalaciones, las ventas eran pocas y aún en los restaurantes se les pagaba sueldo a muchos empleados. ¿Habría una salida? ¿se rendiría Juan Frío? ¿qué estrategia podría emplearse? o esperaría pacientemente que sus clientes perdieran el miedo y volvieran acudir a disfrutar de sus cachamas apanadas o borrachas y sus patacones de chocheco (platanito pequeño blando y de suave textura)  y su rico pichaque de tomate, cebolla, cilantro, unas gotas de vinagre y por supuesto ají picante.

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