jueves, 22 de noviembre de 2012

Pag 18-  Me sentaba sobre una azotea por las tardes y parte de la noche, veía como al occidente, se ocultaba el sol en medio de esos arreboles ensangrentados, parecía estar el cielo tan herido como su tierra, un hilo de luz caía lánguida sobre unos estoraques arcillosos al final del campo aquel. La noche llegaba de sorpresa y silenciosa; en medio de la oscuridad se veían los fusiles pasar asomando sus cañones y esa imagen borrosa que erizaba la piel. Los perros que en otras épocas ladraban a cuanto por allí pasara, creería yo que habían adoptado el miedo de sus amos y preferían corretear garzas grises o gatos desprevenidos.
¿Qué habíamos perdido? ¿El valor acaso? o habíamos aprendido amar la vida en medio de la guerra. Aprendimos a ver y callar como si nada allí pasara, si nos insultaban aprendimos, con algo de esfuerzo, a aceptarlos. Llegaba el  día con un nuevo titular en una página, Juan Frío de nuevo, asesino, sanguinario, despiadado, cómplice de todo, tan frío como su nombre. Hubieron días que el sol por allí no pasó y sus días fueron tan oscuros como la noche, allí apagaron cientos de miradas de sus victimas como soplando llamas de alguna vela derretida.
Recuerdo un día de navidad, habían instalado un arco con guirnaldas justo en donde se estacionaban los autos de transporte público. Ese día quien fuera el comandante del grupo recibió varios impacto de bala de su misma gente, también murieron chelín y Jhon, dos infortunados taxistas que lo acompañaron a la cita con la muerte, diferencias de carácter militar llevaron a planear su muerte. En el arco desteñido y sin gracia quedaron sesos esparcidos, sus cuerpos fueron llevados en el mismo taxi y quemados en una basta zona llamada agua sucia. Richard, un exmilitar, sería asesinado para que Johan tomara el mando, los dos se les conocía solo con estos alias. Uno se preguntaba que garantizaba nuestras vidas si ellos mismos se eliminaban entre si; al siguiente comandante jamás le miré a sus ojos, era bastante joven y se le veía ansioso de mostrar protagonismo en la zona a cuesta de lo que fuera, quería mostrar que era el jefe y que no le pasaría lo mismo del anterior. Solo duro un año tal vez presintiendo la misma suerte de "Richard" escapó de la zona y jamás volví a saber de él, creo que hizo bien en escaparse ya que no era del agrado de varios subalternos.