domingo, 18 de noviembre de 2012

Pag 15- En ese año 2001 Juan Frío soportaba la peor de las crisis, ¿cuál cliente se acercaría a uno de los lugares mas peligrosos del departamento?, día a día ocupaba las páginas de los periódicos locales y sus titulares eran bastante amarillistas, titulares que nos hacía mas que daño. No conocí un inicio de página que resaltara que en un corregimiento trabajador pasaban esa cosas como para desligar de alguna manera el accionar violento impropio de sus gentes, parecía que todo Juan Frío fuese asesino y despiadado, que si alguien iba a los restaurantes sería rebanado como una cachama, sería picado y sometido a la mas cruda barbarie. Lo mas triste era que el caserío era abandonado hasta por su propia administración, como una hiena de frío corazón abandonaba al que lo había enorgullecido con su empeño luchador, el que le había devuelto el turismo y para ella ya Juan Frío no valía nada; se me hace la idea que como en la metamorfosis de Franz Kafka Juan Frío estaba sumido, por su condición, en esa sociedad autoritaria y burócrata que distingue a los gobiernos insensibles, y que llevan tristemente al pueblo al aislamiento y el olvido. Gregorio Samsa era Juan Frío, después que gastó su sueldo, levantando una imagen, y ahora sumido en la soledad, se le dejaba con una caparazón mas pesada que el del mismo escarabajo de la novela; recuerdo que mientras se hacía lo imposible por realizar de nuevo el festival de la cachama, la administración efectuaba para la misma fecha un evento deslucido con el fin de arruinar por completo ese sueño. En esa ocasión la administración quedó con un palmo de narices, se haría en Juan Frío el mejor festival realizado y su fiesta sucia quedaría aguada hasta tal punto de pedir sin vergüenza que desde los micrófonos de nuestro festival avisáramos que ellos la realizarían una semana después. Juan Frío estuvo a punto de reventar, colapsó su principal avenida, se vendieron miles de cachamas y le regresamos la imagen a un caserío luchador y lo mejor, producto de su mismo esfuerzo sin el apoyo de nadie mas que el de su caserío y por supuesto el de los hábiles organizadores. Fueron seis meses de ardua labor por todo el departamento, limpiando la imagen e invitando a todos los que estaban involucrados de buena forma a la piscicultura; llegaron carrozas del Zulia, San Cayetano, Sardinata, El Puerto, La Y, Ragonvalia, Palogordo, La Uchema menos de la alcaldía del mismo municipio; dos canales regionales apoyaron la causa con propagandas gratis y el mas prestigioso periódico regional nos daba la mano mostrando la cara amable de Juan Frío. Lo que parecía imposible se había logrado, revivíamos un festival sin la ayuda de su propia administración municipal y lo hacíamos grande con el solo esfuerzo de su gente, los que valoran  realmente lo que se tiene y le es suyo. El éxito alcanzado en este festival disparó de nuevo las ventas en los restaurantes quienes regresaron para quedarse de nuevo y seguir deleitando a propios y extraños con lo que ellos mismos crearon y fortalecieron con su propio esfuerzo.
Años mas tarde la mente obstinada e insensible de sus gobernantes creó el absurdo Festival de la Uva con el solo fin de lograr hundir de nuevo a Juan Frío, la gente de la villa no percibió esto y hoy asiste sin saber que si esta mente hubiese sido designado alcalde de Medellín hasta intentaría quitar el Festival de las Flores y crearía uno igual de absurdo como el creado acá para beneficio propio, esto no es mas que el resultado de la ignorancia, madre del egoísmo, y el de no tener sentido de pertenencia, pues nada le pertenece a un ser que no valora este pueblo ya que es de otra región y solo busca beneficio propio. Su egoísmo ha marchitado un sueño y ha creado la fiesta mas ilógica, ya que la uva ni se produce ni le ha dado al municipio la imagen cultural y turística que le han traído la cachama y la mojarra, que crecen en los estanques alimentados por las aguas del Río Táchira y sostenidos con el amor de la gente de Juan Frío.
 En la siguiente pagina anexo, el compromiso de la anterior alcaldesa, quien luego de elegida jamás cumplió con su palabra, y siguió apoyando en cambio al irracional festival de la uva, en un mandato que tuvo mas pena que gloria.

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